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Consejos de escritor


Ricardo Ruiz de la Sierra – 1 de marzo de 2025


Para llegar a escribir un libro te lo tiene que pedir todo el cuerpo. Tener algo que contar en mente y en el corazón, requiere ser observador y cultivar la sensibilidad. Si alguna vez te tortura el papel en blanco, si no se te cae el texto, una de dos: eres un profesional de la narrativa (y eso no es bueno para el arte) o te guía la vanidad. En este último caso déjalo, no lo dudes, dedícate al cine, llegarás a más personas. Después de tomar la decisión de relatar a los demás una historia por escrito (si no es para otros no se escribe) hay que leer y estudiar (filosofía y psicología). No aconsejo acudir a un taller de escritura en aras de un estilo propio. A escribir se aprende escribiendo. Para armar la trama hay que documentarse, escribir varios años, corregir otros tantos (en busca de la belleza expresiva) y acudir a un lingüista. Soy de ciencias y lo digo por experiencia: para los profesionales del sector una falta de ortografía de un autor novel equivale a darse un tiro en el pie.

Finalmente, si no tienes padrino o no eres periodista, solo podrás auto-publicártelo en una pequeña imprenta camuflada de editorial (están haciendo negocio con tanta vanidad). Venderás cincuenta ejemplares a tus familiares y amigos. Puedes vender alguno más si lo tuyo es el comercio no la literatura o si eres Influencer, por las redes sociales (si tienen muchos seguidores puedes interesar a alguna editorial de verdad). Si continúas escribiendo más allá del primer libro, después de esta agotadora y frustrante experiencia, es porque eres escritor, pensador e iluso (se pretende cambiar el mundo) o porque eres un narciso irredento.

Si te ha editado uno de los tres grupos que controlan el mercado (lo que llega al gran público) a veces con una autoedición encubierta, seguramente tu libro parecerá un diccionario, tendrá un diseño espectacular, contendrá violencia (no apologías), será políticamente correcta, incluso puede tener un amplio vocabulario y un estilo brillante, pero no dirá cosas interesantes. Será “narrativa de entretener o comer pipas” por eso bajan los índices de lectura. El problema no es leer sino qué leer y son malos tiempos para la novela escrita por pensadores e intelectuales. Si haces arte, historias que además de entretener hacen reflexionar, ya no es verdad lo que decía Cela “el que resiste vence”. Pero, no desesperes, si tus libros redondos deben perdurar puede que los reconocimientos sean póstumos.