Saltar al contenido
Portada » El mito y la novela policiaca

El mito y la novela policiaca


Mercedes Aguirre – 1 de septiembre de 2023


La mitología clásica no es especialmente abundante en la novela policíaca en general, aunque la gran “dama del crimen” Agatha Christie reescribió el mito de los doce Trabajos de Heracles (Hércules) en su colección de relatos precisamente titulado Los Trabajos de Hércules aprovechando la coincidencia del nombre de su célebre detective Hércules Poirot con el héroe del mito.

Dentro de mi obra, en cambio, los mitos clásicos sí tienen y han tenido un papel importante. Mi libro Relatos míticos del mundo cotidiano/Mythical Tales of the Everyday World (Madrid, Éride, 2ª edición 2022), una colección de historias en las que los mitos se recrean en el mundo moderno, es una buena prueba de ello. Pero son mis dos novelas más recientes las que entran dentro del género de la novela policíaca y en ellas he querido también que el mito aparezca de forma significativa. Sangre de centauro (publicada por Éride en 2019) recrea y juega con el tema de la tragedia griega Traquinias de Sófocles en dos niveles: uno, en la vida de dos protagonistas modernas: una mujer policía (Clara Valentín) y una mujer casada con un policía (Julia Martín); otro, en la representación teatral de la propia tragedia griega que nos trae el tema del último episodio de la vida de Heracles. Se trata del encuentro con el centauro Neso y la poción que Deyanira, la mujer del héroe, utiliza para recuperar el amor de su marido cuando este regresa a su hogar en Traquis con su concubina Yole. Esa poción engañosa en cambio llevará al héroe a una horrible muerte entre las llamas, aunque después finalmente será trasladado al Olimpo para vivir entre los dioses, de manera que esa muerte es una transición en la que solo pierde su parte mortal. La novela comienza con el hallazgo por parte de la policía de unos restos humanos quemados en un callejón del centro de Madrid. La trama policiaca va desvelando la aparente identidad de ese hombre quemado. Al mismo tiempo la novela va avanzando en la vida de Julia, una moderna Deyanira que añora a su marido ausente en un trabajo policial de agente encubierto. Clara Valentín, la policía encargada del caso, aparece también como Deyanira en el papel que le toca interpretar en la obra teatral que va a representar el grupo de teatro de aficionados al que ella pertenece y que es supuestamente una versión de Traquinias escrita por el propio director del grupo y a la que ha titulado Sangre de centauro. Esa obra teatral y el argumento del mito le hace ir encontrando pistas y paralelos en relación con su trabajo.

De manera que en esta novela el mito de Heracles lo desarrollo a través del punto de vista de dos mujeres que, aunque en la trama de la novela aparecen en lados opuestos de la historia, sin embargo, ambas representan a la heroína griega Deyanira y su dilema psicológico.

La novela Las cabezas de la Hidra (Madrid, Éride 2021) no es exactamente una reescritura de uno de los Trabajos de Heracles, como en la obra antes mencionada de Agatha Christie, sino que utiliza el tema de la lucha entre Heracles y la Hidra de Lerna como metáfora o alusión en dos sentidos: uno se refiere al trabajo del policía, siempre enfrentándose a un nuevo crimen y a un nuevo criminal. Esta idea está expresada en un breve prólogo al comienzo de la novela:

“Cada policía que ha tenido que buscar y encontrar a un criminal, convencido de que su tarea era erradicar el crimen, se asemeja al héroe que hizo frente a la mítica Hidra, cortando todas sus cabezas para eliminar al monstruo. Sin embargo, el monstruo es esquivo, como lo es el criminal. Y peligroso también. Por eso el héroe tiene que emplear todas sus fuerzas y su astucia para vencerlo, anticipar sus reacciones y evitar sus ataques. Cae una cabeza, segada de su cuello, pero al poco brota otra. Y la tarea continúa. A veces, incluso, podría no acabarse nunca”.

El otro sentido, en contraste, se refiere al propio criminal, o, más concretamente, al asesino en serie. La referencia a Heracles en este aspecto aparece en la novela en un momento determinado durante la investigación de unos asesinatos cuya motivación no es evidente. La protagonista de la historia es la misma que en Sangre de centauro, la inspectora Clara Valentín (de manera que la novela fue concebida como una secuela de esta). Y en un diálogo con su marido se recuerda, no solo el mito, sino también los sucesos en Sangre de centauro y la obra dramática en torno a Heracles y Deyanira.

Clara se convierte, por tanto -en una inversión de género-, en la figura de Heracles, ella es el héroe que tiene que ir cortando cabezas para dar finalmente con el asesino. Y el asesino es, a su vez, el que va matando a personas sucesivamente para tratar de eliminar a aquella que es su auténtica víctima. La relación con el mito aquí es en definitiva más superficial, aunque sí he querido crear una línea narrativa como continuación de Sangre de centauro a través de la inspectora Clara Valentín y del título que resalta esa conexión.